Chimeneas abiertas, las chimeneas más románticas

Chimeneas abiertas, las chimeneas más románticas

La imagen de una pareja sentada en el salón de una cabaña, mientras el fuego crepita en al chimenea, resulta evocadora. Es una realidad que no se puede negar, sobre todo por la cantidad de veces que han sido mitificadas en el cine estas escenas. Además de que esa sensación que produce estar tan cerca del fuego que casi se puede tocar es poco menos que mágica.

Sin embargo, como sucede con los mitos y la magia, no todo es tan bonito como se presenta en un principio. Hay algunos inconvenientes que conviene destacar de las chimeneas abiertas.

Romanticismo sí, pero no eficiencia

Las chimeneas abiertas solo tienen un punto a favor, que es sentiremos el calor antes que de cualquier otra forma. No obstante, el resto de aspectos están en contra de la idea práctica, más allá del romanticismo de la escena.

El peor problema de una chimenea abierta es su alto consumo energético. El combustible, normalmente leña, se quema con mucha rapidez, haciendo que un tronco dure bastante poco. Además, el calor se va en buena medida por el tiro, de modo que se pierde demasiada energía comparada con el consumo que tiene. El resultado es un coste energético, y por tanto económico, muy alto.

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Más sucias que las chimeneas cerradas

Lo que el cine no presenta nunca en las escenas de chimenea es el estado en el que queda el salón después de encenderla. La ceniza se deposita en todos los sitios, además de que sale el humo fuera de la chimenea y la situación puede ser de todo menos agradable.

Chimeneas abiertas

Hay un peligro añadido, y es que una chispa puede saltar de la zona protegida hacia el exterior, pudiendo prender un mueble cercano o la pila de leña que se suele tener junto a la chimenea para alimentar el fuego. El resultado puede ser catastrófico.

Una solución para chimeneas que mantiene el ambiente romántico

Hay una forma de continuar disfrutando de la idílica imagen que produce un fuego encendido. Instalar puertas en la chimenea es la solución. Aumentan la eficiencia energética, permitiendo un importante ahorro en combustible sin que se resienta de forma notable el calor que generan, además de suponer una importante cantidad de dinero que no hay que gastar. Además, el riesgo de que salte una chispa encendida, de que el humo se introduzca en la habitación o de que todo tenga una capa de ceniza se reduce prácticamente a cero.

Chimeneas abiertas

Las puertas con cristal resistente al fuego son igual de románticas que una chimenea encendida en un hogar abierto. Las llamas se ven con la misma nitidez que si no hubiera nada delante, con la ventaja de que tienes un mayor control del fuego, una sensación mucho más agradable y la misma imagen idílica que el cine ha mostrado tantas veces en tantas películas. No tienes por qué renunciar a pasar una tarde romántica junto al fuego para conseguir una chimenea eficiente y limpia. Puedes tenerlo todo. Además, es tan fácil que lo puedes hacer tú.

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