Uno de los principales inconvenientes que puede tener una chimenea es que el humo que produce la combustión se filtre al interior. Además de molesto, esto supone un problema de salud, porque la carbonilla y otros residuos llegan a las fosas nasales y entran a los pulmones, causando afecciones respiratorias, que se incrementan si alguien tiene dificultades para respirar, como asma o alguna otra enfermedad similar.
Para que esto no suceda, lo ideal es que la chimenea disponga de un buen tiro, aunque nunca está de más contar con algo más como un extractor, con el que evitamos el humo fuera de la chimenea y nos ahorraremos algunos quebraderos de cabeza. Veamos cuál es el funcionamiento de este elemento que puedes necesitar.
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¿Qué es un extractor de humos para chimeneas?
Un extractor de humos para chimeneas es un dispositivo diseñado para mejorar el flujo de aire y la extracción de humo en una chimenea. El objetivo principal de este dispositivo es evitar que el humo y los gases producidos por la combustión se acumulen en el interior de la casa, garantizando así un ambiente más limpio y seguro.
Existen varios tipos de extractores de humos para chimeneas, entre los cuales se incluyen los extractores de humos mecánicos, estáticos y aspiradores de humos:
- Extractores de humos mecánicos para chimeneas: Estos dispositivos funcionan mediante la utilización de un motor eléctrico que impulsa un ventilador para crear una corriente de aire que extrae el humo y los gases de combustión hacia el exterior. Son muy eficaces, pero también pueden ser más ruidosos y consumir energía eléctrica.
- Extractores de humos estáticos para chimeneas: Son sistemas de extracción que no requieren energía eléctrica y que se basan en el efecto Venturi o en la fuerza del viento para generar una corriente de aire que extrae el humo y los gases de combustión. Suelen tener un diseño en forma de cúpula o turbina y se colocan en la parte superior de la chimenea.
- Aspiradores de humos para chimeneas: Son dispositivos que se instalan en la parte interna del conducto de la chimenea y utilizan la energía generada por la propia combustión para crear una corriente de aire que extrae el humo y los gases. Estos sistemas son menos comunes y pueden ser más difíciles de instalar.
El tipo de extractor de humos adecuado para una chimenea dependerá de factores como el tamaño y diseño de la chimenea, las condiciones climáticas y la calidad del aire en el interior de la vivienda.
¿Cuál es su funcionamiento?
Si tienes una campana en la cocina, puedes familiarizarte con el funcionamiento de un aspirador de humos para chimeneas. Básicamente consiste en un motor que succiona el humo para forzar su salida por la chimenea, incluso cuando el aire exterior puede hacer que haya revoque (el conocido como efecto Venturi), uno de los motivos más habituales de que se produzca humo en el interior de la vivienda. Para hacer la extracción, el motor acciona las aspas de un ventilador de gran potencia, que canaliza el humo haciendo que la salida sea la adecuada.
También hay otros modelos de extractores dinámicos que no necesitan de un motor. Se fabrican de tal modo que la fuerza de viento los mueve como si fuese un molino, haciendo una aspiración que mejora el tiro de la chimenea y evita que el humo se escape por donde no debe.
Hay otros modelos, denominados estáticos porque no tienen aspas ni ventilación, que simplemente frenan la acción del aire. Simplemente es una terminación que se coloca al final del tubo de la chimenea, aunque en zonas en las que hay mucho viento, puede que no sea tan eficaz como debería.
¿Es necesario instalarlo en una chimenea?
No todas las chimeneas requieren un extractor de humos, pero en ciertos casos, su instalación puede ser necesaria o altamente recomendable para mejorar la eficiencia y seguridad de la chimenea. Estas son algunas de las situaciones en las que podría ser aconsejable instalar un extractor de humos:
- Problemas de tiro: Si la chimenea no tiene suficiente tiro, el humo y los gases de combustión pueden acumularse en el interior de la vivienda en lugar de ser expulsados al exterior. Esto puede ser causado por una chimenea mal diseñada, un conducto demasiado corto o problemas de presión en el interior de la casa.
- Condensación y humedad: La acumulación de humedad en el conducto de la chimenea puede generar condensación y dañar la estructura. Un extractor de humos puede ayudar a reducir la humedad y evitar problemas asociados con la condensación.
- Infiltración de aire frío: En algunos casos, el aire frío del exterior puede infiltrarse en la chimenea y dificultar el tiro. Un extractor de humos puede ayudar a resolver este problema al mejorar la extracción del humo y evitar la entrada de aire frío.
¿Qué extractor elegir?
Dependiendo de la situación, puede que sea necesario contar con un modelo u otro a aspirador para humos. Si se trata de la instalación de una chimenea nueva, y el tiro es óptimo, la zona no tiene demasiadas rachas de viento o está protegida frente a estas, puede que un extractor estático sea más que suficiente. Aunque lo ideal es que al menos haya cierta extracción, dinámica o mecánica, para aumentar el rendimiento de la chimenea y hacerla eficiente. Sea como sea, lo recomendable es que la chimenea cuente siempre con un sistema de extracción de humos, además de instalar cualquiera de los tipos de sombrero para chimenea disponibles en el mercado.
Evidentemente, de nada servirá contar con un buen extractor si la chimenea no está bien aislada. Por ello, lo ideal también es contar con accesorios que te permitan mantener bajo control tanto el fuego como el consumo de combustible. Un buen tiro para eliminar el humo, además de un buen aislante y una leña de buena calidad harán que tu chimenea funcione a la perfección. Además, la limpieza será mucho más sencilla y la cantidad de residuos también será menor.