En muchos hogares, la chimenea se ha convertido en un simple adorno. En otros, es una parte fundamental de la casa, porque es el modo en el que se consigue una temperatura agradable en invierno de una forma más económica que con aparatos eléctricos. En cualquier caso, cerrar la chimenea con una puerta tiene una serie de ventajas que hacen que esta sea la mejor opción. Si tienes una chimenea ya la usas mucho o solamente es un adorno, una puerta es más que recomendable y te vamos a decir por qué.
Los primero de todo es que las puertas de chimenea están hoy más de moda que nunca. De hecho, muchos constructores incorporan en sus planos una chimenea cerrada con puerta de cristal, ya que es mucho más decorativa según las pautas actuales. De modo que la primera razón por la que cerrar la chimenea es puramente estética, aunque esta es solo una curiosidad.
Una chimenea cerrada es mucho más eficiente y segura
Cuando tienes una puerta cubriendo el fuego del hogar, reduces el riesgo de que una chispa salte y se produzca un incendio, o simplemente que acabe arruinando la alfombra. Una chimenea cerrada hace que podamos salir a hacer la compra, irnos a dormir o abandonar la habitación sin pensar en lo que pueda pasar.
Otro de los beneficios es el económico. Al poder controlar el flujo de aire que entra en la chimenea, los troncos de madera se consumen de una forma mucho más eficiente, lo cual se traduce en un menor consumo de combustible. Y por tanto, en un ahorro bastante significativo.
Cerrar la chimenea con una puerta es más limpio
Sea que la uses o que no, las chimeneas cerradas son mucho más limpias. Cuando enciendes un fuego y lo dejas abierto, lo normal es que se vaya acumulando carbonilla y marcas de humo en las paredes, además de que un polvo gris suele cubrir gran parte de la estancia. Cuando no la usas, incluso cerrando el tiro se pueden acumular restos que entran por la chimenea, lo cual obliga a tener que limpiar de vez en cuando.
Con una puerta todo esto se acabó. Las manchas de humo y carbonilla no aparecen, porque nada sale hacia la habitación, sino que se va por el tiro o se queda en el fondo del hogar. Y al estar cerrada, aunque haya algo dentro no se ve, por lo que se acabó el problema. Y lo mejor de todo es que estas puertas tienen una instalación sin obras.
Disfruta de tu chimenea cerrada
Por eficiencia, limpieza y seguridad, además de por ser una tendencia decorativa, deberías tener tu chimenea cerrada con una puerta. Da igual si la enciendes poco tiempo, si la usas todos los días o si apenas te acuerdas de que la tienes. Además, al poder poner una puerta con cristales para chimeneas, podrás disfrutar de la incomparable imagen del fuego consumiendo la leña como si fuese una chimenea abierta.
Ventajas de cerrar tu chimenea
Hacer un cerramiento de chimenea resulta muy ventajoso. Tanto a nivel energético como económico, dos conceptos que en realidad van de la mano en este tipo de instalaciones. Y no hablamos solo de las chimeneas de leña, pues las de gas y otros combustibles también pueden beneficiarse de contar con un buen cerramiento.
El consumo de combustible en una chimenea es muy alto cuando la boca está abierta. La entrada de aire es muy grande, lo que aumenta la combustión y hace que se queme mucho más deprisa. Esto se traduce en más necesidad de leña, carbón o gas, sin que ello suponga una mejora significativa en el calor que hay en las estancias donde está la chimenea. La instalación de puertas para chimenea permite
Un cerramiento también es una forma de evitar la suciedad. Encender una chimenea es un placer, sin duda, pero también es una fuente de residuos en suspensión que irremediablemente se posan en los alrededores de esta, así como en otras zonas. Incluso cuando el tiro es perfecto, no se puede evitar que la carbonilla se meta dentro. Si la chimenea está cerrada, no ocurre este problema. Los residuos se concentran en el interior, de modo que se facilita la limpieza.
Un cerramiento sin obras es posible
Realizar el cerramiento de una chimenea no solo es posible, sino que es sencillo. Con un taladro y los materiales adecuados, se puede tener una chimenea cerrada y eficiente en unas cuantas horas. Solo hay que perforar los laterales en los puntos adecuados, instalar una puerta y sellar el interior para que el cerramiento sea perfecto. Una vez seca la masilla de sellado, se puede empezar a disfrutar de una chimenea más limpia, eficaz y con un rendimiento energético inmejorable. Todo sin alterar la estructura de la obra, sin tocar el interior y con los mejores resultados.
En cuanto al precio, si lo comparamos con otros sistemas de cerramiento resulta muy económico, ya que lo único que hace falta es un marco donde colocar el cristal vitrocerámico para chimeneas. Unido al ahorro en combustible que se produce, no solo no es caro, sino que se amortiza en muy poco tiempo.
Notarás la diferencia
Cerrar tu chimenea es una de las mejores inversiones que puedes hacer, tanto a nivel económico como energético. Podrás disfrutar de un hogar confortable, más limpio y eficiente sin obras y sin necesidad de que lo instale nadie que no seas tú.