A todos nos encanta encender nuestra chimenea cuando llega el frío invierno. Ver cómo se consume la leña mientras escuchamos el crepitar de las llamas al hacerlo. Es una escena idílica que tiene un punto romántico irresistible. Lo que no es tan romántico es terminar la temporada y ver cómo nuestra chimenea se ha llenado de hollín, no solo en el interior del hogar, sino también en la salida de humos. Antes de volver a ponerla en marcha, es imprescindible que un deshollinador de chimeneas la limpie en profundidad. Sobre todo si no queremos sufrir las consecuencias, como una mala combustión, la entrada de humos al interior y otra serie de problemas relacionados. Hablemos un poco más acerca de este profesional.
Cuando hablamos sobre cómo limpiar una chimenea, hablamos de cuáles son los pasos básicos a seguir. Y aunque es una tarea relativamente sencilla en determinados modelos, en otros no es tan fácil limpiar por completo toda la instalación, de modo que se requieren los servicios de profesionales experimentados. Este tipo de profesionales es el que se denomina deshollinador, una tarea centenaria que con el paso del tiempo ha ido avanzando, pero cuyo objetivo sigue siendo el mismo: mantener las chimeneas en perfecto estado de funcionamiento.
¿Por qué es necesario llamar a un deshollinador cada cierto tiempo?
Básicamente, porque por mucho cuidado que pongamos en utilizar de forma adecuada nuestra chimenea y nos esmeremos por tenerla limpia, hay zonas a las que no podemos acceder sin poner en peligro nuestra propia seguridad, en parte por desconocer cómo se tiene que hacer el trabajo. Es cierto que entre los accesorios habituales en chimeneas se encuentran algunos para retirar y desprender la hollín de las paredes y los tubos, pero siempre quedarán residuos que necesitan de una mano más experimentada.
¿Cada cuánto tiempo debe limpiarse en profundidad una chimenea?
La frecuencia de limpieza profunda depende en cierta medida del material y las características de cada chimenea, aunque lo normal es hacerlo una vez al año con un uso moderado. Incluso aunque se utilice poco, por precaución debería limpiarse el tubo de salida de humos antes de volver a encender la chimenea. Así se evita que haya residuos o elementos extraños que obstruyan el tiro. Por ejemplo, algunas veces las aves hacen nidos dentro de la chimenea, y estos pueden ser un problema de entidad, no por el nido en sí, sino porque puede tratarse de una especie protegida.
Y llamar al deshollinador, ¿cuándo?
También dependerá en gran medida del sistema de calefacción que tengas, así como el modo en el que realicemos el mantenimiento de chimeneas. Aunque el sentido común dicta que el momento de llamarle es cuando no vayas a utilizarla durante mucho tiempo, o antes de volverla a usar si prefieres tenerlo todo a punto al empezar la temporada. En cuanto a la frecuencia, lo ideal es que la limpieza más profunda, la anual, se encargue a un experto como www.losdeshollinadores.es o www.sudeshollinador.es para asegurarnos de que todo esté en orden.