Clases de pintura anticalórica para estufas de leña

Clases de pintura anticalórica para estufas de leña

La pintura anticalórica es uno de los acabados con los que proteger nuestras estufas de leña. Puede aplicarse con máquina o a mano y aguantan la acción directa del fuego, además de aquellos elementos oxidantes que pudieran atacar una superficie metálica. Es por ello que se emplea con frecuencia para la instalación y mantenimiento chimeneas de leña.

Detalles a tener en cuenta con la pintura anticalórica

Es importante saber que esta pintura necesita que la estufa se encienda varias veces para alcanzar su punto óptimo de dureza. Por ello si se trata de una pintura recién aplicada o de una estufa nueva, se recomienda no colocar nada encima para que no se queden marcas.

En la lista de pros y contras de las chimeneas de leña podemos encontrarnos con la pintura en el lado negativo debido a que cuando es nueva se produce un vapor irritante para los ojos. Esto solo sucede las primeras veces y se puede evitar manteniendo una buena ventilación para que el humo producido se disipe.

Cuánto resiste la pintura anticalórica

Como norma general la pintura aguanta temperaturas de hasta 600 grados, más que suficiente para las chimeneas y estufas de leña, puesto que estas como mucho llegan a producir 450. Hay pinturas que pueden resistir temperaturas aún más altas, de modo que se puede reforzar la resistencia eligiendo una de estas. En cualquier caso la seguridad pasiva contra el fuego está asegurada y solo hay que aplicar adecuadamente la pintura para que toda la superficie esté cubierta con una buena capa.

En cuanto a los colores, aunque el negro o el gris suelen ser los más habituales se pueden encontrar otras opciones como el blanco o tonos a la carta.

Pintura anticalórica en spray

La pintura en spray suele ser la que más se recomienda porque es más fácil de aplicar. Es como hacer un graffiti en la pared pero asegurándose de que toda la superficie se queda cubierta de pintura. La cantidad necesaria para formar una capa de protección es la misma que la que nos hará falta si pintamos con brocha aunque el resultado suele ser mucho más uniforme si la aplicamos en spray.

pintura anticalórica para estufas

La estufa debe estar limpia, libre de polvo y óxido. Por ello hay que pasar un paño para retirar los restos y lijar aquellas zonas que pudieran estar oxidadas. Si no lo hacemos, la pintura no se fijará adecuadamente y podría acabar desprendiéndose.

Cuando apretemos el botón del spray tenemos que ir moviendo el bote de un lado a otro y no dejarlo fijo en un punto. Cuando la capa se haya secado, repetimos el proceso para que todo quede completamente cubierto y protegido. Si hay puertas para chimeneas lo mejor es cubrirlas para que la pintura no se fije en el cristal.

Pintura para brocha

La pintura anticalórica para brocha requiere de una mayor destreza para aplicarla, ya que si no tenemos cuidado podríamos dejar marcas de brochazos y zonas en las que haya más pintura que otras. Aunque hay quien siente que consigue más protección con este tipo, de modo que es cuestión de gustos.