Primeros pasos
En cualquiera de los casos, lo principal es colocar la leña de la manera correcta. Para ello haz una especie de cabaña colocando ramas de tal manera que quede espacio libre debajo. Así podrás encender mejor tu chimenea.
Procura que las ramasa no sean ni demasiado finas ni troncos. Además es importante que estén bien secas, ya que las ramas húmedas, además de no encender bien, producen mucho humo y es muy molesto.
Encendido con papeles
Forma una bola de papel de periódico más o menos del tamaño de tu puño. No la aprietes demasiado, ya que no se encenderá bien. Prende fuego a la bola y colócala dentro de la chimenea debajo de las ramitas que has colocado previamente. El papel enseguida arderá y hará que las ramas también se enciendan. Cuando empiece a subir el fuego, coloca un tronco con cuidado encima, dejando que el fuego empiece a prender en él. Ve añadiendo algunos troncoas más a medida que sea necesario.
Si por alguna razón ves que las ramas no prenden, sopla ligeramente hacia el fuego para hacer subir la llama.
Pastillas de encendido
Las pastillas de encendido son muy prácticas. Solo necesitas encender una y echarla en la chimenea para que todo empiece a arder, aunque es mejor encender un par de ellas y procurar que caigan en el centro. Así conseguirás que el fuego se alimente antes.
Corchos con alcohol
Este truco casero es muy efectivo también. Guarda todos los tapones de corcho de las botellas que utilices en un bote con alcohol de quemar. Cuando necesites encender el fuego, solo tienes que sacar uno de los corchos y encenderlo. Ten mucho cuidado porque se prenden enseguida y si no lo haces deprisa te puedes quemar los dedos.
Con cerillas
Se puede encender la chimenea perfectamente con un par de cerillas. Solo tienes que encenderlas y echarlas sobre las ramas para que el fuego prenda, aunque puede que necesites repetir el proceso un par de veces.
También hay cerillas que tienen el palo más largo, ideadas concretamente para este tipo de fuegos. Se encienden y se pueden mantener sobre las ramas hasta que el fuego prende, de manera que no es necesario encender más de una cerilla para hacer el fuego.
¿Qué leña es mejor?
Dependiendo del tipo de leña, el fuego durará más o menos y tendrá mayor limpieza. Por ejemplo, la leña de pino es la más barata, pero también la que menos dura y genera más residuo porque suelta mucha resina y no hace brasa. Por otro lado, las maderas de olivo y de almendro, más duras, hacen que el fuego dure más tiempo.