El conducto de humos en una estufa o chimenea

El conducto de humos en una estufa o chimenea

Una de las partes más importantes para el buen funcionamiento de una chimenea es el conducto de humos. Gracias a este elemento se puede disfrutar del agradable calor del fuego sin el peligro de que humos y gases contaminen el interior de las estancias, así como ayudar a las chimeneas de leña a mantener el fuego encendido y que este no se apague por falta de aire.

Para que cumpla adecuadamente con su cometido, el conducto debe estar bien fabricado e instalado, así como pasar por revisiones y tareas periódicas de mantenimiento. Si el conducto de humos no está limpio los residuos pueden taponar la salida y hacer que la chimenea no cumpla bien con su función. Una parte importante de los problemas de funcionamiento de las chimeneas se debe a un conducto de humos en malas condiciones.

¿Qué es el conducto de humos en una estufa o chimenea?

Es una estructura o tubería que se encarga de conducir y expulsar el humo y los gases de combustión generados durante el proceso de quema de combustible (como madera, carbón, pellets, gas, etc.) hacia el exterior de la vivienda o edificio. Es un componente esencial para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento de una estufa o chimenea.

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El conducto de humos suele estar fabricado de materiales resistentes al calor, como acero inoxidable o cerámica, y se extiende desde la cámara de combustión de la estufa o chimenea hasta su salida al exterior, generalmente a través del techo o de la fachada del edificio.

Además, este conducto también ayuda a mantener el tiro adecuado, que es la corriente de aire que facilita la combustión y evita la entrada de humo y gases nocivos al interior del espacio donde se encuentra la estufa o chimenea.

Cómo debe ser un conducto de humos

Sin importar cuáles sean los modelos de chimeneas que tengamos o queramos instalar, el conducto de humos debe tener unas determinadas características. Por ejemplo en interior debe ser siempre de forma circular, tener un aislamiento térmico suficientemente fuerte como para resistir la temperatura que alcanza la chimenea y que no tenga ángulos a ser posible, o que estos no sean mayores de 45 grados.

No debe colocarse junto a materiales inflamables ni en el interior de conductos de ventilación, tuberías ni nada similar. Además, el tubo debe llegar hasta el final del cañón de la chimenea. De otro modo los ladrillos enfriarán el humo al salir y la densidad de este hará que vuelva a bajar hacia el interior.

Conducto de humos de HotFireDoor

No se puede instalar un conducto de humos para diversos aparatos, como una cocina y una chimenea, por ejemplo. Cada uno de ellos debe tener su propia salida para evitar que el humo se meta en la vivienda. En caso de tener varios conductos cerca, se necesitan colocar a diferentes alturas para que el humo saliente no vuelva a entrar por el otro conducto.

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El sombrerete, pieza clave

Una de las piezas con las que debe contar todo conducto es el sombrerete. Este debe estar fabricado e instalado de tal modo que permita la salida de humos incluso en condiciones adversas. El tamaño de este debe ser el doble que el del interior del humero y protegerlo de la lluvia o cualquier otro elemento que pudiera filtrarse por el tubo. Además debe ser fácil de inspeccionar para realizar las tareas de limpieza y mantenimiento que se necesiten.

conducto de humos

Elegir adecuadamente las piezas es clave para disfrutar del calor de un buen fuego. El conducto de humos y el sombrerete unido a las puertas para chimeneas sin obras garantizan una expulsión de humos adecuada en todo momento.

En la actualidad, todos los fabricantes se han adaptado a los requisitos de la Unión Europea para vender sus productos. De esta manera se pueden evitar problemas, los cuales hoy suelen estar relacionados con una instalación mal realizada o a una elección de chimenea que no es la adecuada para el espacio que se quiere calentar, bien por defecto o por exceso.